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La cobertura no basta para conectar bien a América Latina, según la OCDE
2025-07-11
IDOPRESS
La OCDE advierte que la brecha digital en el mundo también se refleja en términos de calidad. La población que vive en las ciudades está mejor conectada que aquella que habita en zonas rurales. En América Latina,se reflejan amplias brechas en países como Colombia y Perú.
Crédito: Adobe Stock
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A menudo se celebra que más personas tienen acceso a Internet en América Latina. Las cifras oficiales muestran avances: más del 70% de la población en la región ya cuenta con algún tipo de conexión,y la cobertura 4G ha alcanzado zonas que hasta hace pocos años estaban completamente fuera del radar digital.
Sin embargo,una nueva advertencia de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) obliga a ir más allá del optimismo de la cobertura y preguntarse: ¿realmente la población está bien conectada?
La OCDE,en el nuevo informe Cerrar las brechas de conectividad de banda ancha para todos,publicado este 10 de julio,pone el foco en una verdad incómoda: el acceso a Internet no garantiza una conectividad de calidad.
Es decir,estar conectado no implica poder participar plenamente en la economía digital,la educación en línea o los servicios de salud digitales si la red es lenta,inestable o con alta latencia.
Brecha entre regiones rurales y urbanas
De acuerdo con el estudio,los habitantes de zonas rurales y regiones alejadas en los países miembros de la OCDE experimentan velocidades de descarga fijas 43.8% inferiores a las de zonas metropolitanas.
Además,en la banda ancha móvil,las personas que viven en ciudades tienen velocidades de descarga 37.2% superiores a las de las zonas rurales. Y aunque en general el promedio de rapidez de Internet ha mejorado en los últimos 5 años,la organización advierte que la brecha entre las regiones con las velocidades más rápidas y las más lentas se ha ampliado.
En América Latina,existen algunas brechas más profundas. Particularmente en Colombia,la diferencia en velocidad fija entre regiones metropolitanas y las más remotas supera los 100 Mbps,lo equivalente a una disparidad de 43.8%.Y en la banda ancha móvil,la brecha de velocidad entre áreas urbanas y rurales es de 50%.
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México,aunque presenta una brecha móvil más estrecha (alrededor de 5 Mbps en promedio),lo hace en un contexto de velocidades generales más bajas que el promedio de la OCDE.
Brasil,Perú y Argentina también reportan amplias brechas de velocidad en la banda ancha fija,ubicándose entre los 5 países que no son miembros de la OCDE con mayor diferencia absoluta en este rubro.
Perú tiene una diferencia de 173.7 Mbps,Brasil de 97.8 y Argentina de 93.8%,lo que significa que la población de las ciudades experimenta un nivel de rapidez 246.4%,123.1% y 139% mayor al de las zonas rurales o remotas.
Por otro lado,aunque el alcance de tecnologías más avanzadas se ha ampliado,en lugares donde llega la red 4G ó 5G la experiencia real de los usuarios es desigual. En 2024,las velocidades de descarga móviles 5G experimentadas en la OCDE por los usuarios de las ciudades (222.6 Mbps) fueron,en promedio,28.3% superiores a las de las zonas rurales (173.5 Mbps).
En América Latina,esta cifra puede ser mayor,exacerbada por factores como saturación de red,menor inversión en infraestructura y barreras geográficas.
¿Qué significa estar bien conectado?
La investigación de la OCDE hace énfasis en que la brecha digital ya no sólo debe medirse en términos de si hay o no conexión. Hoy es una cuestión de calidad,simetría y estabilidad del servicio.
El estudio introduce un concepto clave para redefinir las políticas públicas: estar bien conectado implica contar con cobertura suficiente,tanto fija como móvil; velocidades adecuadas para videollamadas,aprendizaje virtual,salud digital y comercio electrónico; baja latencia y servicios estables; así como tarifas asequibles para los distintos segmentos de la población.
La OCDE advierte que los países que únicamente miden el número de suscripciones o la cobertura poblacional están dejando fuera aspectos críticos del acceso digital significativo.
El desafío político: cambiar el enfoque
La OCDE propone que los países adopten indicadores granulares para evaluar el estado real de su conectividad,incluyendo velocidades de subida y bajada,latencia y consistencia del servicio en cada región. Sólo así se pueden diseñar políticas públicas eficaces y asignar recursos donde más se necesitan.
En América Latina,resalta el informe,iniciativas como el mapeo de infraestructura en Colombia o el monitoreo de calidad de servicio en México van en esa dirección,pero aún falta integrar estos esfuerzos a la planeación de subsidios,licitaciones de espectro y regulaciones del mercado.
También se requiere fomentar modelos de inversión compartida y redes comunitarias,donde el mercado no llega,como lo han hecho países de la OCDE mediante asociaciones público-privadas o esquemas mayoristas abiertos.
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Respecto a este último punto,el organismo destaca que varios países latinoamericanos están adoptando innovadores modelos de infraestructura para desplegar infraestructura mayorista,como redes de fibra de acceso abierto.
Por ejemplo,está el caso de V.tal con la red de fibra neutra más grande de Brasil,que presta servicios a operadores y proveedores de servicios en la Nube; en Chile,OnNet Fibra proporciona acceso mayorista abierto a todos los operadores de telecomunicaciones; mientras que en Perú está Internet Para Todos,un operador neutral de infraestructura móvil en zonas rurales
Estos proyectos,según la OCDE,son una forma de asegurar la financiación para salvar las brechas digitales mientras se preserva la competencia.